En la ciudad de Guayaquil, Ecuador, se vivió una jornada sangrienta con un saldo de al menos siete muertos en tres ataques diferentes, destacando la violencia que asuela a varias ciudades del país. Esta situación llevó al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, a extender el estado de excepción por 30 días adicionales, en un esfuerzo por contener la escalada de violencia.